El pasado 18 de septiembre disputé la multitudinaria Cursa de la Mercè, que recorría las principales calles de Barcelona. Circuito bastante rápido, con unos primeros cinco kilómetros favorables y una segunda parte más puñetera, en el que si llegas en un buen momento de forma puedes conseguir un gran registro. Al final crucé la línea de meta en 34 minutos y 14 segundos, siendo el 27º clasificado de la general. La cursa contó con 9.873 corredores llegados a meta.
El pasado domingo corrí en los 10k de la multitudinaria Cursa de la Mercè. Era la 37ª edición de esta prueba atlética. Una cursa que transcurre por las principales calles de la ciudad de Barcelona, y que contaba con nada más y nada menos que 17.000 corredores inscritos.
El perfil del recorrido te invita a pensar en conseguir un gran crono, siendo en gran parte bastante llano, pero teniendo un segundo 5k bastante puñetero con un último escollo en el kilómetro 9 con la subida de Av. Paralelo.

Recorrido de la Cursa de la Mercè.
Esta competición se presentaba como el primer test de la temporada. Desde que disputara el pasado 19 de junio la Cursa de Sant Adrià, no había vuelto a competir. Así que me presentaba a esta carrera después de tres meses sin competir y del parón estival de obligado cumplimiento.

Durante el verano en las pistas de Atletismo Antoni Amorós.
Por otra parte, y como ya os comenté en mi anterior post de sensaciones previas a la carrera, había cambiado de método de entrenamiento ya que empecé a entrenar bajo las ordenes de Rafael Caro.
Durante estas semanas previas a la carrera había estado entrenando bastante bien y con continuidad, acumulando un gran volumen de entrenamiento pero a ritmos fáciles; los ritmos de competición no estaban para nada trabajados y sabía que en la carrera iba a sufrir si salía con un ritmo equivocado. Además, y como me pasa en cada inicio de ciclo de entrenamientos, en la primera competición me suelo ver falto de ritmo y sufro bastante.

Trabajando vallas con mi entrenador.
La cursa empezaba a las 9.30h. Sobre 8:00h pasé a buscar a mi hermano Javi que vive cerca de la zona de salida y aparcamos justo enfrente del parque Joan Miró, muy cerquita de la salida.
A las 8.30h iniciamos el calentamiento. Trote muy suave donde tuvimos ocasión de encontrarnos a conocidos, entre ellos al incombustible y dicharachero Adolf Dieste. ¡Un crack!
Las sensaciones eran buenas, me encontraba bien y con ganas de probar mi actual estado de forma.

Foto tradicional previa a una competición.
Terminamos el calentamiento, nos fuimos a cambiar al coche, y nos pusimos a hacer unas rectas activadoras, a la vez que nos dirigíamos a la salida.

Junto a mi hermano Javi antes de ir a la salida.
Con margen de tiempo nos colocamos en el cajón de salida. Tuvimos tiempo de saludar a todos los compañeros y conocidos de otras cursas y de vivir uno de los momentos más grandes de este deporte; el ambientillo de antes de arrancar una competición tiene un sabor especial. Nervios, dudas, incertidumbre… pero sobre todo y por encima de todo pasión por este deporte.

En la línea de salida.
Para esta competición iba a usar pulsómetro, cosa que era la primera vez que hacía ya que en competiciones no me gusta controlarme la frecuencia cardíaca. Pero mi entrenador me comentó que lo llevara y no subiera en el primer 5k de cierto pulso.
9.30h y se dio la salida. Salida en marabunta, desde una segunda línea e intentando controlar la velocidad. Primer kilómetro muy concentrado para no cometer ningún error e irme al suelo. Al tiempo que se iba despejando la manada pasé por el primer kilómetro en 3’12’’. El caso es que no me importó mucho el parcial y sí las sensaciones de regular y controlar la velocidad. El primer kilómetro era muy favorable y era lógico que saliera algo más rápido.

Salida de la Cursa.

Primeros metros de carrera.
Iba bastante cómodo mientras progresaba entre los corredores. El hecho de que no te adelanten y ser tú el que vas adelantando siempre te hace tener buenas sensaciones en carrera. Y esa fue la tónica general; intenté correr con una técnica relajada, a ritmo y marcando parciales para llegar al 5k entorno a 16’50’’ y tener un pelín de margen en la subida del paralelo para lograr un crono de 33’59’’.

Durante el primer kilómetro.
Y así fueron sucediendo los kilómetros 2, 3, 4 y 5 en 3’26’’, 3’20’’, 3’24’’, 3’22’’, respectivamente, lo que por GPS hubiese sido 16’44’’, pero el paso real por el 5k fue de 16’55’’. Estoy muy contento con mi nuevo reloj Garmin, ya que encuentro que tiene una gran exactitud, pero aún así siempre existe un error.
Estaba cogiendo sensaciones, notándome cada vez mejor y ante todo cumpliendo el pacto con mi míster. Yo seguí concentrado a lo mío, y al paso por el kilómetro cinco adelanté a un grupo de corredores y me fui decidido a por el siguiente que me quedaba bastante más alejado; veía muy pero que muy lejos a Ernest Sans junto con otros corredores ya conocidos de otras cursas. Pensad que ellos habían hecho el paso por el 5k sobre 16’34’’, así que había una ventaja importante con respecto mis 16’55’’.
Fueron kilómetros de remar solo, las piernas ya picaban y fue en el tramo final donde se notó más la falta de entreno. Los primeros 5k habían ido muy bien, sin problemas, pero a partir del séptimo kilómetro empecé a notarme más falto de ritmo aunque a la vez iba aproximándome a otro grupo de corredores.
Así pasé los kilómetros 6, 7 y 8 en 3’21’’, 3’28’’ y 3’25’’, respectivamente. En ese punto ya estaba en modo “correr o morir”, con las piernas atontadas pero, por otra parte, era donde me estaba encontrando conmigo mismo. Fue una contradicción de dolor y disfrute difícil de explicar.

En mi salsa poniendo el cuerpo al límite.
Para distraer a mi cabeza puse el objetivo en ir recortando metros al siguiente corredor, que era Ernest. Pasé el kilómetro nueve en 3’23’’ e inicié el temido ascenso al Paralelo. Ahí ya iba absolutamente con todo. Eché los restos y no me guardé nada para la recta final de Av. Maria Cristina. Finalizando el ascenso al Paralelo conseguí dar caza a Ernest y lo alenté para acabar de remar juntos esa puñetera avenida. Reaccionó muy bien y tiramos a la par hacia la línea de meta, llegando tras él con un crono de 34 minutos y 14 segundos, siendo el 27º clasificado de la general y rebajando mi mejor marca en esta prueba ocho segundos.

Tras Ernest en la recta a meta.

Cruzando la línea de meta (error en el electrónico)

Deportividad y buen rollo, algo característico de este deporte.
¿Y qué conclusiones puedo sacar de esta carrera?
Ha sido un primer test para ver que el estado de forma no está nada mal, y donde me he quedado con ganas de más. El objetivo era volver a la competición y ver en un crono mi estado actual de forma.

Parciales de la carrera.
Mi entrenador me felicitó por la carrera ya que los ritmos llevados en competición habían sido realmente buenos para lo que habíamos estado trabajando las semanas previas. Tanto él como yo somos optimistas para el futuro.
Además conseguí mantener una velocidad regular en toda la prueba y me quedé con la sensación de acabar fuerte, aunque los parciales así no lo reflejaran (16’55’’ – 17’19’’), hay que tener en cuenta que la segunda parte de la Cursa de la Mercè es bastante puñetera.
Me quedo satisfecho porque acabé vacío y dándolo todo, y eso siempre es gratificante. La marca es algo que realmente no me obsesiona en la actualidad. Confío mucho en el trabajo que estoy llevando a cabo y creo que si las lesiones no me lo impiden podré lograr mis objetivos.
¿Y ahora qué?
A seguir entrenando como hasta ahora. De momento una nueva semana de entrenamientos casi finalizada, y notándome con un punto más que creo que me lo ha dado la competición.
Los días de calidad están empezando a ser más intensos y creo que voy por el buen camino. Veremos dónde decido probarme de nuevo, aunque eso no ocurrirá hasta mediados del mes de octubre. Soy de los que cree más en el entrenamiento diario que en la competición, y me gusta ser selectivo con las competiciones.

Trabajo de gimnasio esta misma semana.
No me gustaría finalizar la crónica sin agradecer el trabajo de las personas que me apoyan semana tras semana; a mi fisio Javi Jiménez que me permite rendir al 100% sin caer lesionado. A Weapon To Win por proporcionarme geles para un mayor rendimiento y recuperación de los entrenamientos. Y a mi entrenador Rafael Caro por darme esa confianza que tanto necesita un atleta.

Junto a Javi Jiménez.
Gracias también a todos los fotógrafos de la cursa. De verdad que sois parte imprescindible de esto; sin vosotros no tendríamos el recuerdo de todo lo vivido. ¡Gracias!
Y finalmente dar las gracias a todas las personas que me apoyáis diariamente, tanto familia/amigos como seguidores de las redes sociales. Esto sólo es el principio. ¡Vamos con todo!

Durante una sesión de Criosauna esta misma semana. (www.crioterapias.com)
Como siempre fue un placer coincidir con tantas caras conocidas de otras carreras, y pasar la mañana acompañado de mi hermano Javi.
¡Hasta la próxima amigos!